A pocas cuadras del metro lo vial, se encuentra la Federación Chilena de Boxeo, donde acuden alrededor de 30 jóvenes de distintas comunas del sector poniente de Santiago. Entre ellos está Enzo Carreño, quien sólo se detiene de golpear el saco para responder las preguntas. El joven de 21 años, es uno de los pocos boxeadores amateurs que piensa profesionalizarse.
-¿Cómo empezaste a boxear?
-Hace un año empecé a boxear porque un amigo que entrenaba acá me dio el dato. Me entusiasmó. Decía que aprendería a pegar fuerte, jaja.
-¿Qué hacías en ese tiempo?
-En mi casa no hacía nada, aparte de hacer estudiar y hacer alguna pega de vez en cuando. A veces salía, me tomaba algo pero nada, ni ahí con algún deporte o algo así. Pero ahora no puedo estar sin boxear, dice Enzo, mientras se seca la transpiración de la frente con su antebrazo.
-¿Por qué tanto así?
-Para mí, el boxeo lo es todo. No sé explicarte, es como una prioridad que tengo. Estar arriba del ring; sentir los nervios; tener la descarga de pegarle a otro y al mismo tiempo saber que tú puedes caer en cualquier momento; tener la valentía para no cerrar los ojos cuando viene un puño directo a tu cara; en fin son muchas cosas. ¿Te dije que me quería profesionalizar?
-No, dime.
En eso, el entrenado grita: "Diez segundos" y todos los púgiles comienzan, ya sea, a golpear los sacos, saltar la cuerda, trotar alrededor del ring y hacer sus abdominales en cámara rápida. Todos, durante diez segundos, incluido Enzo.
-Quiero dedicarme del boxeo, vivir de él. Pero primero tengo que saber pelear muy bien. Por eso, entreno de dos a tres horas diarias, de lunes a viernes. También, cada vez que puedo participo en las veladas. A veces no, porque te tiran boxeadores que llevan muchas peleas. Me pueden dejar muy dañado.
-Hace dos semanas se realizó el Campeonato Nacional. ¿Peleaste?
-No, a esa hora trabajé. El campeonato empieza muy temprano y dura toda una semana.
-¿Qué beneficios crees que tendrás si llegas a profesionalizarte?
-A mí me gusta y eso sería mi gran beneficio. Si hablamos de plata, cuatro round los pagan a ochenta lucas, con el 35% para el entrenador. !No es malo!
-¿Cómo empezaste a boxear?
-Hace un año empecé a boxear porque un amigo que entrenaba acá me dio el dato. Me entusiasmó. Decía que aprendería a pegar fuerte, jaja.
-¿Qué hacías en ese tiempo?
-En mi casa no hacía nada, aparte de hacer estudiar y hacer alguna pega de vez en cuando. A veces salía, me tomaba algo pero nada, ni ahí con algún deporte o algo así. Pero ahora no puedo estar sin boxear, dice Enzo, mientras se seca la transpiración de la frente con su antebrazo.
-¿Por qué tanto así?
-Para mí, el boxeo lo es todo. No sé explicarte, es como una prioridad que tengo. Estar arriba del ring; sentir los nervios; tener la descarga de pegarle a otro y al mismo tiempo saber que tú puedes caer en cualquier momento; tener la valentía para no cerrar los ojos cuando viene un puño directo a tu cara; en fin son muchas cosas. ¿Te dije que me quería profesionalizar?
-No, dime.
En eso, el entrenado grita: "Diez segundos" y todos los púgiles comienzan, ya sea, a golpear los sacos, saltar la cuerda, trotar alrededor del ring y hacer sus abdominales en cámara rápida. Todos, durante diez segundos, incluido Enzo.
-Quiero dedicarme del boxeo, vivir de él. Pero primero tengo que saber pelear muy bien. Por eso, entreno de dos a tres horas diarias, de lunes a viernes. También, cada vez que puedo participo en las veladas. A veces no, porque te tiran boxeadores que llevan muchas peleas. Me pueden dejar muy dañado.
-Hace dos semanas se realizó el Campeonato Nacional. ¿Peleaste?
-No, a esa hora trabajé. El campeonato empieza muy temprano y dura toda una semana.
-¿Qué beneficios crees que tendrás si llegas a profesionalizarte?
-A mí me gusta y eso sería mi gran beneficio. Si hablamos de plata, cuatro round los pagan a ochenta lucas, con el 35% para el entrenador. !No es malo!
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